BAILA CONMIGO
SUSAN ELIZABETH PHILLIPS
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TÍTULO: Baila conmigo
AUTORA: Susan Elizabeth Phillips
GÉNERO: Romance contemporáneo
EDITORIAL: Versátil
PÁGINAS: 432
SAGA: No
Cuando la vida le da un revés de más, la comadrona y joven viuda Tess Hartsong se refugia en Runaway Mountain. En este pequeño pueblo perdido por las montañas de Tennessee, rodeada de naturaleza, espera sobreponerse a su pena y encontrar el consuelo necesario para sanar.
Pero en lugar de paz y tranquilidad se encuentra con un misterioso artista en busca de la soledad, una delicada mujer que parece salida de un cuento de hadas, un bebé indefenso, un grupo de adolescentes curiosos y un pueblo que mira con sospecha a los de fuera, sobre todo si estos son tan testarudos como Tess. Igual de testarudo es Ian North, talentoso, problemático y con el alma torturada, un hombre que hace que Tess se replantee todo. Huyendo hacia esta nueva vida, Tess se preguntará si se ha perdido... o si ha encontrado su futuro.
💃Baila conmigo.
@sepauthor (segundo libro que leo de esta autora de quien leí hace años la preciosa historia que debes leer #besaraunangel y me encantó)
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Puntuación con 5⭐⭐⭐⭐⭐
Lo ⬆️ :
La historia en general me gustó mucho, es diferente y a la vez un cliché, pero te enrolla un montón y se lee súper rápido.
Lo ⬇️ :
Creo que dio muchas, vueltas en algunos aspectos, pero aún así no fue cansina
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#bailaconmigo
—¡Deja de gritarme!
—¿De qué otra forma me vas a oír? —Él recogió el altavoz bluetooth de debajo de los restos astillados de una mesa de pícnic—. ¡Baja el volumen, joder! —Apretó el interruptor de apagado con un dedo largo de una mano enorme y detuvo la música—. ¿Y qué tal un poco de cortesía y educación?
—¿Cortesía? —le respondió ella con ironía, cabreada por las injusticias de la vida—. ¿Llamas cortesía a irrumpir como un salvaje?
—Si tuvieras algún respeto por todo esto… —Hizo un gesto hacia los árboles y el arroyo Poorhouse; las duras líneas de su rostro eran tan toscas que podrían haber sido talladas con una motosierra—. ¡Si tuvieras algún respeto, no habría tenido que irrumpir!
Y entonces ella lo notó. Percibió el momento exacto en que él se percató de su vestimenta o, mejor dicho, de su semidesnudez. Sus ojos, del color de la pizarra, la estudiaron de forma despectiva. Pero ¿por qué ese desprecio? ¿Por el pelo mojado y enredado? ¿Por su cuerpo, más voluminoso de lo que debería por tratar de ahogar sus penas con comida? ¿Por las piernas desnudas? ¿Por la ropa interior andrajosa? ¿O tal vez solo por la audacia de ocupar un lugar en lo que él creía su universo? ¿A quién quería engañar? Con los pechos marcados contra la camiseta mojada, debía de parecer el trillado estereotipo de una universitaria borracha que pasa las vacaciones de Pascua en Cancún.
—¡Lo único que tenías que hacer era pedirlo con educación! —La cabeza le daba vueltas por lo furiosa que estaba.
—Sí, estoy seguro de que eso habría funcionado.