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VOCES CON ECO

El sol etéreo y mágico se veía a través de los arboles a medida que avanzaba el taxi por la callejuela, la mirada inundada en lagrimas que no se derramaban, suspendidas de una manera mágica en los ojos, las manos temblorosas, la respiración entrecortada pero era vivaz y feliz, mis pensamientos se alejaron hacia la profundidad de los sueños recordando los planes que por años seguimos para vernos, para al fin cumplir ese mágico momento de tenerte de pie junto a mí y que mis ojos se reflejaran en los tuyos, exhale¡¡¡ y mi corazón latió mas fuerte cuando vi la entrada del aeropuerto, el conductor se estaciono, pero por minutos perdí la noción del tiempo no sabía si bajar o devolverme, me sentía como caminando entre algodones de colores, a lo lejos escuche el retumbar en la pista de la llegada del avión todo mi ser tembló no lo podía creer estaba a minutos de verte, camine a prisa entre la multitud hacia la puerta de llegada la gente se estacionaba allí para tener mejor visión, yo camine con paso seguro pero asustada, ni vestido se movía al pasar en medio de la gente, y no quite la mirada de la puerta cerrada incierta, solo esperaba ver el rostro conocido que aguardaba al otro lado del océano.
Y te vi sentado como siempre lo imagine de la forma como lo imagine, con las manos resueltas y el corazón arrebatado envuelto en esa nube de recuerdos y emociones, corrí sin pensar, con mis pies que se emergen en eso que llaman causa – efecto, tan desesperada y feliz que no podría explicarlo de otro modo, con las lágrimas cerca de los ojos sin llorar, y el aliento caliente y la sangre que se escuchaba a kilómetros recorrer cada vena.

A un paso de oler tu perfume mi cuerpo se detuvo, exhale con fuerza y llene mis pulmones, y hasta ese instante que te vi de pie frente a mí, mirándome ahora si a los ojos y viendo mi imagen reflejada en los tuyos, varias lagrimas rodaron por mi cara, alargue mi mano y toque tu rostro como siempre lo imagine, mis dedos sintieron eso que no diré en palabras, eso que te hace volar o ver más allá de las distancias, eso que te hace esto de cruzar cielos, estrellas, fronteras, mares, recorrer valles y llegar a un corazón lejano a decir aquí estoy.

 

Código 1403070314791
Fecha 07-mar-2014 14:34 UTC
Licencia: Todos los derechos reservados

AUN LLUEVE

En medio de la noche lluviosa y cuando aun caían gotas del techo, me acorde de ti, de tu risa inagotable, no podía acordarme de nada mas, tal vez si de tus ojos o de tu hermosa nariz, pero no podía visualizar todo solo a medias, una nube de recuerdos me lo impedía.
Comenzó a llover de nuevo y tu presencia ser hizo aun mas real, el olor a tierra mojada y luna, me recordó lo rápido que pasan a veces los años, diez años son a veces una tortura, el tiempo a veces, solo a veces es malvado, porque nos obliga a recordarle y peor aun a desear estar justo en ese mismo momento para que nuestra memoria absorta de otras cosas vividas, crea que recordarle es estar en la realidad.
Hoy recordé como olía la lluvia en tu boca, porque tenemos eso de más, que todos no tienen: La magia de los sabios.
En estos diez años había hablado varias contigo, pero no nos habíamos visto nunca, recuerdo que la última vez que te vi ya no traías el mismo peinado, te veías diferente, pero en esencia seguías siendo tú.
Cuando llegue a la embajada y me toco pasar a la ventanilla para que revisaran mis papeles el cónsul me miro profundamente, me hizo una única pregunta 
-¿Por qué quiere viajar?- en tono seco y fuerte
Yo lo mire a sus ojos y le sonreí con mi sonrisa nueva, 
-Sabe le dije es un sueño, mi padre me dejo este dinero y me dijo ve y viaja a donde yo nunca pude ir, conoce y goza, así que empecé por este país, quiero que lo que trabajo mi padre este bien invertido.
El hombre de mirada profundamente azul, no me miro mas solo se limito a colocar el sello de aprobada la visa.
Sentada en el avión recordaba ese momento como un don divino, solo el inmenso amor de Dios hacia mi permitió que el cónsul me diera la aprobación, parecía mentira pero no me pidió ningún documento solo lo hizo y punto.
El avión se elevo a lo alto y podía divisar el ancho mar, pude ver los barcos de la sociedad portuaria, las pequeñas casitas que bordeaban el mar.
Por mi pensamiento nunca paso el arrepentimiento sabia que en mi maleta iba todo lo necesario para no volver.
Cuando el avión llego al aeropuerto eran las 4:30 pm las piernas me temblaban y no quería bajar del avión espere hasta que bajo el ultimo pasajero, pero no me moví de la silla todavía con el cinturón ajustado, la sobrecargo se acerco y me pregunto si todo estaba bien, le dije que tenía un poco de miedo, ella me tomo del brazo me levanto, me ayudo a colocarme la chaqueta y el bolso y me ayudo a bajar la larga escalera.
Ya en la brisa fría de la pista el miedo me recorrió todos los huesos, camine mucho hasta llegar al salón de las maletas espere hasta ver mis 2 grandes maletas, cuando un hombre con un carrito se me acerco me ayudo a subirlas, recordé cuando las estaba comprando en Bogotá, quería las más grande de la tienda, guarde recuerdos, fotos, poemas, libros cosas que había guardado como amor durante largos años por esto pesaban en forma excesiva.
El maletero me ayudo a mover el carrito, yo iba tras él como mi pelo suelto. El me dijo por teléfono que llevaría una camisa blanca así que me escondí detrás del maletero y comencé a divisar, no podía ver bien, mi visión de lejos es pésima y había tanta gente que me dio mareos.
Vi a un hombre que caminaba hacia mí con tanta prisa, se me lanzo encima y me abrazo tan fuerte como en los viejos tiempos, sentí su olor conocido y nuevo, me rodeo con sus brazos y me beso no se cuanto tiempo, mis lagrimas llegaban hasta mi cuello y las de el mojaban mis manos.
Afuera en la calle comenzó a llover a raudales como si el cielo quisiera caerse, llovía como antaño como cuando nos encontrábamos, llovía como nunca, llovía por nosotros.
Cuando nos soltamos el maletero ya se había ido dejo las maletas a mis pies, el me miro a los ojos como se mira lo amado, y recordé cuan negros y bellos eran sus ojos, me sonrío con su hermosa boca, y yo le sonreí con mi nueva sonrisa, me volvió a mirar, es cruel lo que lo años hacen a veces con la gente, la alejan pero no la cambian, los verdaderos sentimientos siguen y se quedan, perduran.
Me tomo de la mano y no la volvió a soltar, como cuando éramos jóvenes, como cuando nos veíamos y dejábamos que la luna nos arropara y nos arrullaba, como cuando llovía y nos abrazábamos hasta que el techo escurriera la última gota de agua.


19 sep. 2007

Código 1407121444758
Fecha 12-jul-2014 21:48 UTC
Licencia: Todos los derechos reservados

Caminaba a pasos agigantados en medio de los arboles mis pies eran lentos y pasivos el peso de mi espalda era demasiado y no conseguía libarme de él, traía mil cosas sobre mis hombros, el pasado envuelto en miles de telas ya raídas, que en el cargamento de mi espalda se movían con ganas de salirse de allí y cobrar vida, también había en mi equipaje botellas llenas de traiciones, de mentiras y de falsedades todas rebosantes de un liquido negro y viscoso tapadas a la fuerza para evitar que se derramaran, y lo más importante de mi equipaje era que lo profundo de mi maleta estaba mi corazón casi a medio latir envuelto en linos blancos destrozado y a punto de detenerse como se detiene un reloj en medio de un día caluroso, seguía caminando la sed que sentía era desesperante, en mi pecho había un hueco en el lugar en donde estaba mi corazón ahora solo había hojas secas, seguí caminando con mi carga a cuestas casi con lagrimas en los ojos.
Quede perpleja cuando de repente de la nada la brisa comenzó a soplar y frente a mí se abrió paso a un camino ancho iluminado y lleno de valles y flores, a lo lejos sentí el rugir de los mares, el olor a felicidad , aun con mi carga a cuestas avance en medio de los montes y los frutales, el olor a madera mojada y agua salada, y allí estabas tú, radiante como un sol al medio día, con tu mirada serena y tu olor a paz, me llevaste hasta la orilla y mis pies fueron bañados por el mar, quitaste mi dura carga de mi espalda. Vertiste cada botella al mar, y esta vez los llenaste del agua que caía de una cascada pura y tranparente y me dijiste: este es amor, este felicidad y este fidelidad, saco mis recuerdos y los enterró en un pozo profundo que estaba al otro lado de la cascada, y ahora saco el roto corazón y lo limpio con el cuidado que sus manos permitían lo lavo y lo vendo lo lleno de besos lo cuido y cuando este hubo sanado, limpio mi pecho y lo puso de nuevo a latir fuerte como el sonido de la lluvia de invierno, me miro a los ojos toco mis mejillas levanto mi cara y nos consumimos en ese abrazo aletargado y profundo me paso de su luz y su magia me sumergí en sus brazos me abandone en ellos ahora con un loco corazón palpitante envuelto en tu aroma y en tus besos impregnados en lo profundo de mis entrañas.

 

Código 1403130348469
Fecha 13-mar-2014 3:26 UTC
Licencia: Todos los derechos reservados

MI NUEVO CAMINO

EL SABOR DE LA LIBERTAD

PROXIMAMENTE...

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